Las neuronas de Dios

Diego Golombek
ciencia que ladra...
$335
¿Por qué, en pleno siglo XXI, seguimos creyendo en algo o alguien superior, llámese Dios, meditación trascendental, espiritualidad o sentido de la vida? ¿De dónde surge esta necesidad, antigua como nuestra especie, de preguntarnos por lo que habrá después o lo que está más allá? ¿Viene de fábrica o es un producto de la cultura? ¿Por qué Messi mira al cielo después de hacer un gol? En este libro fascinante, que es un verdadero viaje al corazón de las creencias, Diego Golombek se anima a proponer una ciencia de la religión como fenómeno eminentemente humano. A lo largo de estas páginas, nuestro autor pasa revista a un sinfín de experimentos que muestran cómo actúan las neuronas de monjas rezadoras, budistas meditadores, pentecostales o iluminados con LSD, peyote, ayahuasca y hongos alucinógenos varios. Recorre las historias de quienes han atravesado experiencias límite, como trances epilépticos o la vivencia de la propia muerte con la misteriosa luz al final del túnel. E incluso se mete en el mundo de los rituales diseñados ad hoc y los asesores espirituales robóticos. La investigación científica que, entre otras cosas, ha encontrado circuitos cerebrales en la base de visiones y experiencias místicas sugiere que, si la creencia en lo sobrenatural está tan arraigada en nuestra especie, quizá se deba a alguna ventaja adaptativa que tuvo a lo largo de nuestra historia. De hecho, está demostrado que la religión reduce la ansiedad, estimula la empatía con los demás y los lazos comunitarios y aporta mayor seguridad personal. ¿Será que las tecnologías religiosas surgieron como un subproducto del desarrollo cognitivo de los humanos, pero se revelaron tan beneficiosas que siguen con nosotros desde hace millones de años? Con sentido del humor y una claridad a toda prueba, Diego Golombek nos propone una aventura desafiante: la búsqueda de Dios en los pliegues del cerebro humano.

El nuevo cocinero científico

Diego Golombek
ciencia que ladra...
$275
Todos tenemos un laboratorio en casa, ese lugar donde hacemos gala de nuestra creatividad y donde además nos divertimos como expertos químicos, físicos, biólogos... y cocineros. Es que cocinar no sólo es la mayor de las bellas artes, sino también una ciencia y uno de los juegos más deliciosos y entretenidos del mundo. Este libro, pensado como un menú científico-culinario desde el desayuno hasta el postre, pasa por el filtro de la ciencia los mitos más arraigados de la sabiduría popular culinaria para determinar cuánto tienen de cierto y cuánto de fábula. Y en el camino, da respuesta a preguntas dignas de un Premio Nobel en Gastronomía: ¿Azúcar o edulcorante? ¿Por qué es roja la carne (roja)? ¿Cómo lograr una mayonesa perfecta? Si nada se pega al teflón, ¿cómo se pega el teflón a la sartén? ¿Es verdad que los vinos y los quesos no se llevan tan bien como dicen? Y todo esto sin dejar de lado ni la espinaca de Popeye ni las especias de Colón ni las frutas del Paraíso. En esta nueva edición, los biólogos Diego Golombek y Pablo Schwarzbaum cuentan todo lo que usted siempre quiso saber y nunca se animó a preguntarle a su cocinero científico amigo. Un libro para equivocarse menos, divertirse a lo grande y deleitar a sus invitados.

Sexo, drogas y biología

Diego Golombek
ciencia que ladra...
$200
¿ De qué hablamos cuando hablamos del amor y del sexo? ¿De ciencia? Nada en la vida es más importante, más divertido, más interesante o más problemático que el sexo. Claro que para los diferentes bichos que hay sobre la Tierra, decir sexo quiere decir aventuras muy pero muy diferentes. Además, para muchos de estos comportamientos sexys hay que hacerse notar... ¿Y todo para qué? Para elegir a la mejor pareja con la cual mezclar el material genético y tener hijitos sanos y fértiles. Mujeres y varones no escapan a las generales de la ley: por suerte, hay diferencias entre géneros en el cuerpo, en la organización del cerebro, en las emociones, en la percepción de la belleza. Y vale la pena estudiarlos para entenderlos, para entendernos; no por eso dejaremos de ser simpáticos, impredecibles, poéticos. En este libro veremos por qué los nenes son nenes y las nenas, nenas; por qué suelen elegirse unos a otros, qué es la belleza en términos bio-lógicos, dónde está el amor en el cerebro. Y, por el mismo precio, un poco de rock and roll.

La ciencia de las (buenas) ideas

Diego Golombek
ciencia que ladra...
$295
¿Hay una ciencia de las ideas? Este libro es un apasionado y documentado “¡Sí!” a esa pregunta, que da incluso un paso más. Existe una ciencia de las buenas ideas, esas que resuelven problemas y abren caminos intransitados, una ciencia fundamental no solo para el laboratorio sino para la vida cotidiana y también para aquellas empresas y proyectos que andan buscando la innovación que hoy es parte de todo desarrollo exitoso. En síntesis, una ciencia de la creatividad. Después de todo, las ideas no vienen de las hadas, de las musas ni de una inspiración súbita y genial, sino de esa maraña de neuronas y crianza, circuitos y experiencia que somos los seres humanos. Y la ciencia ha recorrido un largo camino para identificar algunas reglas del pensamiento creativo que son predecibles y, por qué no, entrenables. Con su prosa ligera pero rigurosa, reconocible para sus miles de lectores, Diego Golombek nos lleva de la mano por la psicología y la neurociencia, la economía, la filosofía y la inteligencia artificial, con paradas en las drogas estimulantes, la locura y los secretos de algunos genios de todas las épocas. Y nos muestra, en pocas palabras, que los famosos “momentos Eureka” -que existen, claro- suelen ser fruto de años de trabajo en un asunto, y que el aburrimiento, el buen humor, el contacto con la naturaleza, una buena cantidad de horas de sueño y la asociación libre son grandes aliados para el pensamiento creativo. Que, muchas veces, lo mejor que se puede hacer para solucionar un problema es... no pensar en él. Este libro -que incluye consejos prácticos para favorecer la creatividad en la vida de todos los días- es una puerta de entrada a eso que nos hace profundamente humanos. Entender las ideas es asomarnos a la magia del pensamiento.