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El arte escénico
Konstantin Stanislavskiarte y pensamiento
Konstantin Stanislavski, figura fundamental del teatro mundial, revolucionó el arte de la actuación con una trayectoria que comenzó en 1877 como director de una compañía de aficionados en Moscú y alcanzó su apogeo con la fundación del Teatro de Arte de Moscú en 1898, junto a Vladímir Nemírovich-Dánchenko. A lo largo de esas dos décadas, el cambio en sus ideas respecto del arte de actuar fue radical, y su evolución se debió a la constante observación de sí mismo, de sus sentimientos, reacciones y actitudes dentro y fuera del escenario, así como también a la observación de los demás.
El arte escénico recoge así el desarrollo evolutivo de las mencionadas ideas de Stanislavski y de sus transformaciones: se trata de una compilación que reúne los treinta capítulos de su texto Sistema y métodos del arte creador, acompañados de los Cinco ensayos de la ópera Werther, de Massenet y de dos apéndices que cierran el volumen: uno dedicado a la ética teatral y el otro al rol que cumplía la improvisación en la producción escénica de Stanislavski. Aunque éste solía rechazar la idea de que sus enseñanzas pudieran reducirse a un sistema rígido, en todos estos textos es posible advertir por qué su enfoque orgánico, centrado en la creación del actor, sigue siendo una fuente inagotable de inspiración para generaciones de artistas teatrales en todo el mundo.
Por otro lado, en su introducción crítica, David Magarshack ofrece una exposición y un análisis detallados de las ideas de Stanislavski, explorando las complejas relaciones entre la escuela de actuación conocida como “El Método” y el denominado “Sistema Stanislavski”. Por todo lo anterior, esta obra conformada por los textos originales de Stanislavski junto al perspicaz ensayo de Magarshack se ha convertido en un clásico imprescindible para teatros y autores experimentales, no sólo de América Latina sino de toda la escena teatral mundial.
Diversidad y arte latinoamericano
Andrea Giuntaarte y pensamiento
¿Qué es normal en la vida y en el arte? ¿Qué es normal en la sexualidad, en la academia, en el museo? El arte, con su potencia de ruptura y extrañamiento, ha sido siempre un espacio privilegiado para poner en tensión las reglas sociales de la normalidad. Para revelar en imágenes la complejidad de un mundo vasto y diverso. Y, sin embargo, ¿es capaz de cuestionar sus propias normas, sus vías de consagración, sus instituciones, sus públicos?
Diversidad y arte latinoamericano se detiene justamente allí, para recorrer la obra de artistas que, de distintas maneras, rompieron el techo de cristal, quebraron las limitaciones que dificultaban su visibilidad, transgredieron el canon. El arte de América Latina fruto de la multiplicidad que tramaron las experiencias de la colonialidad, la independencia, la América indígena, la América negra, las vanguardias es también expresión de afectos, culturas y creencias minorizadas. Con minuciosa atención a la especificidad de las imágenes, pero sin perder de vista su capacidad de producir efectos políticos, Andrea Giunta recorre el escenario del arte latinoamericano entre los años sesenta y el presente. Entre Argentina, Chile, Brasil, México, Colombia, Uruguay, Paraguay y Perú, las experiencias que aborda (algunas individuales, otras colectivas) se piensan como emergentes de esas fuerzas contenidas. Desde su singularidad, las trayectorias analizadas transforman poéticas establecidas a la vez que logran interpelar sus contextos y proponer agendas: discuten el lugar de la mujer en la sociedad, las fronteras que imponen la raza o la edad, interrogan las miradas capacitistas, traen a escena formas de la sexualidad que escapan a lo normativo.
Como en Feminismo y arte latinoamericano, la autora cuenta la historia de una revolución en curso, una en la que imaginar y representar el mundo desde subjetividades y formas de conocimiento disidentes supone disputar espacios y combatir mecanismos de exclusión largamente afianzados. Pero también multiplicar públicos y expandir lo sensible.
Contra el canon
Andrea Giuntaarte y pensamiento
La caída de París durante la Segunda Guerra Mundial marca un punto de quiebre en la historia cultural: el mundo del arte se convierte en un espacio sin centro. Con la Europa devastada, el impulso utópico, la imaginación de que era posible delinear un futuro para las formas, se traslada y comienza a producirse en escenarios diversos. Tras la posguerra, y especialmente desde los años sesenta, la transformación de los lenguajes propia de las vanguardias y neovanguardias se despliega desde distintas escenas en una trama de simultaneidades: en todas partes y al mismo tiempo.
Poniendo el foco en el arte latinoamericano, Andrea Giunta utiliza una mirada comparada que logra romper el modelo evolutivo y demostrar que la innovación no se produce en un lugar y luego se replica en otro, como un mecanismo que irradia desde los centros hacia las periferias. El territorio en el que pone a prueba sus hipótesis es amplio: las vanguardias de posguerra en Buenos Aires, México y Brasil; el indigenismo y su reapropiación de tradiciones, de Xul Solar y Torres García a Punto poncho; la trama poscolonial en la obra de Mohamedi y la abstracción brasileña; Joan Miró y la solidaridad con Chile; los argumentos y la plataforma del feminismo de la segunda ola en la serie Ramona de Berni y la filmografía de Godard; los años sesenta y la explosión del happening, entre Guerra Fría, revolución y dictaduras.
Contra el canon retoma las palabras con que las diversas poéticas situadas se nombraron a sí mismas para desarticular las lecturas históricas concebidas desde los centros. El desafío es generar las categorías analíticas para desprenderse de la lógica ordenada por las miradas hegemónicas, pero también de los intentos de revertir el esquema de valores acentuando la potencia de lo local. Se trata de contradecir el canon y sacudir las versiones tradicionales del arte latinoamericano. Se trata, en fin, de comprender las simultaneidades para decir adiós a la periferia.