Sociología y Política
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El capitalismo histórico
Immanuel Wallersteinsociología y política
En este libro breve y accesible, Immanuel Wallerstein ofrece una condensación de las ideas más importantes incluidas en su monumental estudio sobre el capitalismo concebido como entidad histórica integrada: El moderno sistema mundial. Mediante el desarrollo de una anatomía del capitalismo que recorre los últimos cinco siglos, Wallerstein sigue la huella de aquellos elementos que han cambiado y evolucionado constantemente, pero también presta atención al mismo tiempo a los rasgos del capitalismo que han permanecido necesariamente constantes.
La atención del autor se centra, en particular, en la aparición y el desarrollo de un mercado mundial unificado y en la división internacional del trabajo que lo acompaña. Wallerstein afirma convincentemente, en contra de buena parte de las corrientes de opinión contemporáneas, que el capitalismo ha provocado una pauperización real, y no sólo relativa, de los países del Tercer Mundo. Los problemas económicos y sociales de los países subdesarrollados seguirán sin resolverse mientras permanezcan situados en un contexto de capitalismo mundial.
De esta manera, esta nueva edición de El capitalismo histórico constituye una síntesis oportuna y estimulante de una de las valoraciones más provocadoras y sugerentes del capitalismo como modo de producción, así como de su papel y relevancia en la historia mundial.
¿Tiene futuro el capitalismo?
Collins Randallsociología y política
Los próximos decenios depararán sorpresas y retos enormes. El futuro, o los posibles futuros del mundo serán tema de discusión para las nuevas generaciones que tendrán oportunidad de hacer las cosas de manera diferente.
Cinco autores se reunieron para escribir este insólito libro porque algo importante se cierne en el horizonte: una crisis estructural mucho mayor que la reciente Gran Recesión. Immanuel Wallerstein explica las razones para predecir el colapso del sistema capitalista. Los capitalistas del mundo, después de saturar los mercados globales y presionados por los costos sociales y ecológicos de hacer negocios, podrán verse imposibilitados para tomar sus decisiones de inversión como de costumbre. Randall Collins se enfoca en un mecanismo más específico que pone en peligro el futuro del capitalismo: las repercusiones políticas y sociales de que dos tercios de las clases medias educadas, tanto en Occidente como en el mundo entero, padezcan de desempleo estructural porque sus trabajos queden desplazados por la nueva tecnología de la información.
Craig Calhoun afirma lo contrario, que un capitalismo reformado podría salvarse. Calhoun elabora sobre el punto de que el capitalismo no es únicamente una economía de mercado, sino una economía política. Su marco institucional depende de elecciones políticas. Michael Mann está en favor de una solución socialdemócrata para los problemas del capitalismo, aunque también subraya problemas más profundos que surgen de las múltiples causas que originan el poder y que incluyen, además del capitalismo, la política, la geopolítica militar, la ideología y la multiplicidad de regiones mundiales. Georgi Derluguian, por su parte, muestra el lugar real del experimento soviético en el panorama amplio de la geopolítica mundial, que terminó por provocar su autodestrucción. También explica cómo China evitó el colapso del comunismo a la vez que se convirtió en el más reciente milagro del crecimiento capitalista. El comunismo no fue una alternativa viable al capitalismo.
El poscapitalismo no será el preámbulo de un periodo de estancamiento mortal. Tampoco representará el poscapitalismo un paraíso permanente sin sus propias crisis. Después de la crisis ocurrirán muchas cosas. Esperemos que sean en su mayoría buenas. Pronto lo veremos.
El mundo está desencajado
Immanuel Wallersteinsociología y política
La idea de que el progreso logrará la convergencia del bienestar económico en todos los países es una expectativa ilustrada del desarrollo, que también adoptaron, además de la economía, la sociología y la antropología. Sin embargo, los ciclos económicos, estudiados en un gran periodo, muestran que el progreso en sí es una anomalía, que la brecha entre países "desarrollados" y "subdesarrollados" es una respuesta directa del sistema-mundo moderno, y esta brecha, contrario a lo que se dice del progreso lineal y en ascenso (la homogeneización del mundo), se ensancha y profundiza en cada ciclo económico (la heterogeneización y polarización del mundo cada vez mayores).
Estados Unidos confronta al mundo
Immanuel Wallersteinsociología y política
Hoy la mayor amenaza para Estados Unidos es Estados Unidos. Durante cuando menos treinta años ya había venido dando pasos inciertos y vacilantes en una pendiente resbalosa cuando George W. Bush decidió meter velocidad, con el consiguiente peligro inminente de sufrir una mala caída y una fractura. Después del dramático y terrible ataque del 11 de septiembre perpetrado contra su país, Bush prestó oídos a su bandada de halcones y declaró la "guerra al terrorismo", en un acto en que declaró al mundo que o estaba "con nosotros o contra nosotros", una guerra que —dijo— Estados Unidos ganará "con seguridad".
Esta bravata fue la cara pública de la peor estrategia que el gobierno norteamericano hubiera podido adoptar, que no sólo debilitó al país y al mundo en los años posteriores sino que también fortaleció a todas la fuerzas que ostensiblemente pretendía destruir.
La cuestión a la que hoy se enfrenta Estados Unidos es si podrá concebir una nueva política enteramente nueva, mucho más realista y progresista que la anterior, siguiendo la estrategia de Bush o la de los treinta años anteriores. No será sencillo: ni cambiar la política ni lograr que haga verdaderamente mella en el sistema mundial. Pero si Estados Unidos no realiza un giro decisivo en su forma de relacionarse con el mundo las consecuencias serán desastrosas, en primera instancia para Estados Unidos pero también para el resto del mundo.
IMMANUEL WALLERSTEIN
Universalismo europeo
Immanuel Wallersteinsociología y política
El discurso de los líderes del mundo occidental -en especial, aunque no solamente, Estados Unidos y la Gran Bretaña- y de los principales medios y de los intelectuales del establishment está lleno de llamados al universalismo como justificación fundamental de sus políticas, y sobre todo cuando hablan de sus políticas que se relacionan con los “otros”: los países más pobres y “menos desarrollados”. El tono suele ser de superioridad, intimidatorio y arrogante, pero aquéllas se presentan siempre como si reflejaran valores y verdades universales. Existen tres principales modalidades de este llamado al universalismo. La primera es el argumento de que las políticas que practican los líderes del mundo paneuropeo son en defensa de los “derechos humanos” y para impulsar algo a lo que se da el nombre de “democracia”. La segunda asume siempre que la civilización “occidental” es superior a “otras” civilizaciones porque es la única que ha logrado basarse en esos valores y verdades universales. Y la tercera es la defensa de las verdades científicas del mercado, el concepto de que “no hay más alternativa” para los gobiernos que aceptar las leyes de la economía neoliberal y actuar con base en ellas. Como se tratará de demostrar en este libro, estos temas son muy antiguos y han constituido el discurso básico de los poderosos a lo largo de la historia del moderno sistema-mundo, cuando menos desde el siglo XVI. El debate siempre ha girado en torno al significado de universalismo. Se mostrará que el universalismo de los poderosos ha sido parcial y distorsionado. Se examinará, además, cómo se podría avanzar hacia un genuino universalismo, al que se ha dado el nombre de “universalismo universal”.