La experiencia de la Universidad Autónoma Metropolitana
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Inventores y patentes académicas
Claudia Díazciencia y técnica
El libro que el lector tiene en sus manos aborda el problema de la producción de conocimiento por profesores-investigadores en las universidades (inventores académicos), particularmente el conocimiento que se codifica en patentes (patentes académicas). El análisis empírico que se presenta está enmarcado en una revisión exhaustiva sobre la literatura pertinente, y se focaliza en la Universidad Autónoma Metropolitana, una de las instituciones de educación superior más significativas del país. Entre las principales interrogantes que guían las reflexiones y el análisis empírico presentado en este libro destacan las siguientes: ¿cuál es el propósito de iniciar procesos de producción de conocimiento codificado en patentes en las universidades? Considerando la actividad de los inventores académicos surge la pregunta: ¿cuál es la mejor forma de transferir al mercado los resultados del I+D financiados por la universidad o por otros fondos públicos como el Conacyt? ¿Cuáles son los beneficios económicos, de formación de recursos humanos, de calidad en la investigación, de vinculación que se obtienen con la gestión de patentes académicas? ¿Contribuyen estos títulos de propiedad intelectual a consolidar las tres funciones sustantivas de la universidad (enseñanza, investigación y difusión)? ¿En qué medida y con qué intensidad ha adoptado el modelo de start-ups actualmente en expansión en Estados Unidos y Europa?
El conjunto de interrogantes anteriores planteadas en este libro dan sustancia a un tema crucial de la economía del conocimiento (sociedad del aprendizaje en términos de Joseph Stiglitz y Bruve Greenwald, 2014) que fue discutido desde la incorporación de México al TLCAN. En efecto, el libre comercio no se limitaba a elevar los niveles de exportaciones e importaciones entre los países integrantes del acuerdo comercial, sino que, asociado al comercio, transmitirían flujos de conocimiento tecnológico que contribuirían en la construcción de una economía basada en el aprendizaje tecnológico que modernizara el aparato productivo y favoreciera el paso a una economía moderna y dinámica basada en la innovación. Han pasado más de dos décadas desde la firma del TLCAN. El comercio de México se incrementó notablemente, pero el crecimiento económico ha sido mediocre desde entonces y la modernización de la economía mexicana es, en términos generales, un casillero vacío. Una parte importante de las fortalezas de las economías industrializadas proviene del papel que las universidades han estado desarrollando a través de las patentes académicas que en buena medida pueden dar lugar a nuevas empresas en el mercado (start-ups), creando inversiones y nuevos empleos. Los resultados arrojados por el exhaustivo trabajo que los autores de este libro han realizado, apunta a señalar que si bien la UAM ha generado patentes académicas con base en sus programas de I+D, su dinamismo no es creciente y la vinculación con el mercado no es significativa.