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El partido de la revolución institucionalizada
Luis Javier Garridosociología y política
El PNR (1928-1938), el PRM (1938-1946) Y el PRI (1946-...) no han sido más que un mismo partido; en el curso de la historia mexicana posrevolucionaria, la organización, las funciones y la doctrina del mismo han variado, pero en lo esencial ha sido un partido oficial en el seno de un régimen aparentemente pluripartidista, un poderoso medio para vincular a las masas al Estado, un importante aparato ideológico, un medio fundamental para legitimar electoralmente a las autoridades -de los funcionarios municipales al presidente de la República- y para asegurar su legitimidad histórica con relación a la "Revolución mexicana" y, en fin, un centro formal de la unión de las clases y de las fracciones de clase que constituyen el bloque social dominante en México. El estudio de la evolución del "Partido de la Revolución" muestra que hay una indudable continuidad en el proyecto que se ha venido desarrollando desde 1928. El PNR, el PRM y el PRI, a pesar de sus múltiples diferencias estructurales e ideológicas, no han sido más que un mismo organismo: el Partido del Estado. Desde una perspectiva histórica, en este trabajo se analizan por consiguiente los principales aspectos del que ha sido desde su constitución uno de los pilares del "sistema político mexicano": es decir del conjunto de mecanismos y de prácticas que han consolidado en México un régimen muy distinto al previsto por la Constitución de 1917. El Partido de la Revolución Institucionalizada es sin duda un fenómeno singular que, a pesar de su importancia, había sido hasta ahora olvidado. A lo largo de más de medio siglo, el PNR-PRM-PRI ha dominado casi absolutamente la vida pública mexicana, contribuyendo de manera decisiva a la consolidación del Estado posrevolucionario (1928-1945) y por ello, con fuentes tanto documentales como orales, aquí se analiza la evolución de su organización, de su estructura, de sus funciones y de sus tesis oficiales, durante este período, así como su acción real: o sea su capacidad para actuar en función de los principios que ha sostenido. Desde que el presidente Calles reorganizó en 1928 la tendencia que se reclamaba de "la Revolución" hasta que el Partido fue oficialmente "institucionalizado" en los años de la posguerra, reforzándose entonces la estructura sectorial que adquiriera durante el cardenismo, aparece de relieve la implacable lógica del proyecto que los dirigentes políticos y sindicales han impuesto al México del siglo XX. LJG El autor, licenciado en derecho y profesor de la UNAM desde 1962, es también diplomado de Estudios Superiores en Ciencia Política por la Sorbonne y doctor de Estado en Ciencia Política por la Universidad de París I. Colaborador de diversas publicaciones especializadas, en la actualidad imparte sus cursos en la Facultad de Derecho de la UNAM.