Una camioneta con la leyenda "¿Quién es tu padre?" recorre hoy las calles de Nueva York ofreciendo el test de ADN a transeúntes con dudas sobre su identidad o la de sus hijos. Durante milenios, esa pregunta fue un enigma de resolución imposible y los misterios de la identidad del padre biológico aportaban la materia prima del melodrama. Sin embargo, algo empezó a cambiar en la década de 1920, con los primeros métodos para evaluar la filiación. Con el descubrimiento de la huella genética en los años ochenta, fue posible conocer al padre con un 99,9% de certeza. Pero ¿hasta qué punto la paternidad puede reducirse a una relación biológica en la que la ciencia tiene la última palabra?
A partir de casos resonantes en los estrados judiciales y en la prensa a lo largo del siglo XX, en los que se buscaba dirimir parentescos, exponer relaciones adúlteras, localizar padres perdidos, revelar la condición birracial de un bebé o configurar leyes de herencia o de inmigración, Nara Milanich reconstruye la historia de la paternidad moderna, en una escala transatlántica fascinante que la lleva de los Estados Unidos a Italia, de Alemania a Brasil y la Argentina. Así, va mostrando cómo, en función de necesidades familiares, patrimoniales o estatales, aparecen nuevos métodos para determinar la paternidad –análisis de grupos sanguíneos, examen minucioso de los bucles de las huellas dactilares, de los pliegues de la oreja o la conformación de los dientes, de la textura del cabello o el color de la piel–, y cómo al mismo tiempo persisten tradiciones y creencias más antiguas, que entran en disputa y contradicción con el saber de los expertos. ¿Quién es el padre, finalmente? ¿El que dictamina la ciencia? ¿O el hombre casado con la madre? ¿O quien asume la responsabilidad por la crianza y el cuidado? ¿Y quién tiene el poder de decidirlo: los individuos, las comunidades, el Estado o las empresas con fines de lucro?
En diálogo con nuevas perspectivas sobre la familia y el género, este libro revela la existencia de múltiples paternidades (biológica, afectiva, social, legal) en conflicto entre sí, y arroja luz para pensar los dilemas de las tecnologías de reproducción asistida y de prácticas como la adopción transnacional. Pero sobre todo apuesta a arrebatarle la exclusividad a la biología para restituirle historia y complejidad a la pregunta por el padre: ya no importa sólo quién es, sino quién queremos que sea y qué es, en el fondo, la paternidad.