Frida Saal
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Palabra de analista
Frida Saalpsicología y psicoanálisis
Y atrevámonos a pensar que sí. Que Frida Saal puede volver a nuestro espacio gracias a un poderoso magnetismo. Que podemos conjurarla para que regrese por medio de su propia escritura. Que podemos formularle preguntas y esperar que nos conteste como siempre lo hizo: lacónica, exacta, afectuosa, jugándose integra en cada frase. Publiquemos, hagamos públicas, sus letras Y sus decires. Y no por alanes ultraterrenos sino por convicción en la importancia de lo que ella hizo en vida antes de irse del mundo en la primavera del 98.
Reunamos sus palabras dispersas rescatándolas del olvido de los archivos o de sus propios cajones en donde vacían privadas de la luz de los lectores, mostremos la unidad de su pensamiento con la de su acción y su letra y entreguemos esa coherencia con la enseñanza de Freud y de Lacan al mundo del psicoanálisis para que no haya que llorar por su ausencia, para que podamos dialogar con ella y permitirle que siga diciendo: "De acuerdo; pero lo que están pensando también podría entenderse así", a lo que seguía un esclarecimiento que cambiaba los términos del problema y obliga a repensarlo todo otra vez.
Juntar los textos y unirlos con las evocaciones de quienes la conocieron es lo que ella hubiera podido querer una vez que su querer ha sido disuelto por el mortal silencio. Ella ironizaba sobre los rituales póstumos tanto como honraba toda palabra, especialmente en el psicoanálisis, que era solidaria de una práctica en la que los otros, como ella, comprometían su vida. Esa es su lección: ningún homenaje es equiparable al de conservar, amplificar, hacer fecunda la palabra del otro.
Que eso sea lo que Talila reciba de nosotros.