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Ceremonias del alba

Carlos Fuentes
la creación literaria
$168
Hace veinte años, pensando más en la política que en el teatro, publiqué en México y España un diálogo, o más bien un coro, titulado Todos los gatos son pardos (Siglo XXI). Era una respuesta, apasionada, inmediata, pero reflexiva: a los acontecimientos de 1968 en mi país, que culminaron con la matanza de Tlatelolco el 2 de octubre. Allí quedó comprobada la incapacidad del sistema PRI-presidente para dar respuesta política a nuestros problemas políticos. Encerrado en la arrogancia, la autocongratulación y la obcecada negación de los problemas, el sistema no tuvo más palabra que el crimen. El desafío cultural de los estudiantes universitarios y de las capas medias del país, buscando salidas a la esclerosis de la Revolución Institucional, no conoció respuesta más simbólica que la de un asesinato colectivo en una plaza llamada de las Tres Culturas. La presente versión mantiene el título de la traducción francesa de Céline Zins publicada en París por Gallimard, pero su contenido ha sido modificado tanto formal como materialmente: nuevas estructuras, nuevos personajes y situaciones; un nuevo ritmo. Ello es resultado del trabajo realizado en Berlín, hace un par de veranos, con los directores del Schillertheater. CARLOS FUENTES

Cartas cruzadas 1965-1979

Arnaldo Orfila
escuchar con los ojos
$355
Años turbulentos que no admiten la sola explicación de la guerra fría ni las presiones de Estados Unidos sobre México ni la personalidad agria de Díaz Ordaz. Hay un conjunto de factores, entre otros, el hecho de que la Revolución mexicana, resuelta en mito, no admitía críticas sino alabanzas. En ese ambiente turbio, enrarecido, sujeto a todas las pasiones, nacieron las cartas entre Carlos Fuentes y Arnaldo Orfila. El lector hallará en ellas el entusiasmo y la lucidez unidas. Fuentes muestra, a lo largo de esta correspondencia, su actitud vibrante y combativa. Está lleno de futuro. A Fuentes, sin duda, le hubiera correspondido, después de Octavio Paz, ocupar el cargo -meramente simbólico- de presidente de nuestra República de las Letras. Pero lo cierto es que Carlos Fuentes -y eso se advierte con entera claridad en estas cartas- siempre fue el embajador de nuestras letras. Sin duda, el mejor de los embajadores, el que abría las puertas de revistas y editoriales a los jóvenes, el que acudía en defensa de los intereses de las letras españolas y de América Latina. El atentado contra el FCE y su director sorprendió a Fuentes en Europa. En el FCE, el escritor había publicado ya La región más transparente y sus vínculos con Arnaldo Orfila Reynal habían sido, desde tiempo atrás, constantes. De inmediato y sin vacilar, Fuentes toma el partido de Orfila y, gracias a sus múltiples y excelentes relaciones, pide a sus amigos la colaboración más estrecha con la empresa editorial que surgía. Así, Julio Cortázar, Octavio Paz, K.S. Karol, por sólo mencionar algunos, deciden colaborar con Orfila en la aventura libertaria que fue Siglo XXI Editores, la editorial que en su solo nombre se abría hacia el futuro.