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¿Hacia dónde vamos?
Cesáreo Moralesfilosofía
Vida, potencia, vida-exceso. Vida promesa y vida ante la amenaza. Se despliega, y se gasta, y se pierde. ¿A quién se entrega la vida? Nadie ha contestado esa pregunta. Ella va a través de la violencia que ha de convertir en serenidad, y de la virtualidad de lo real otro, y de la velocidad de las planicies de energía, de beatitud; giros de un nuevo nomos, ordenamiento y orden, posición del existir, vivir, hablar, que apenas despunta en nuestro sin-tiempo. Vida que excede la política, el derecho y el Estado; frágil y protegiéndose a sí misma en su apertura; fuerte por sus silencios, por su no-poder y su tartamudeo. Esas tensiones trabajan este libro.
Cesáreo Morales es doctor en filosofía por la Universidad de la Sorbona de París y profesor de carrera en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha escrito numerosos artículos y ensayos en revistas especializadas y colabora semanalmente en el periódico El Economista. Es coautor de Colosio: la construcción de un destino. Entre sus obras hay que destacar también Un día después. Legitimidad y democracia. En 2007 Siglo XXI Editores publicó su libro Fractales. Pensadores del acontecimiento.
Escritura y psicoanálisis
Helí Morales Ascenciopsicología y psicoanálisis
En los albores de los tiempos, la escritura representó el modo en que la mano marcó, en la superficie de la cueva, en el tronco del silencio, el devenir de lo humano. Escribir para contar, contar lo que acontece y persiste; contar como especie que cuenta. En el origen, la escritura como trazo. Las culturas son remolinos de creación y producción. El mundo se llena de signos construidos por hombres y mujeres en diferentes lugares y tiempos. La cultura es la geografía de la obra humana. Para que esta obra perdure debe hacerse escritura. La palabra que canta, al hacerse escritura, se convierte en materialidad que narra un tiempo que dura. La escritura permite a la cultura transmutar el tiempo en historia. La escritura es transmisión histórica. Escribir es atentar contra el lenguaje desde las entrañas mismas de una lengua. El poeta quiere usar a las palabras para decir y son ellas quienes lo escriben. Las palabras, en su caudal, sorprenden a quien escribe, pero también al lenguaje. La escritura poética surge en el instante en que, en la espesura muda del lenguaje, una palabra escribe un tiempo nuevo en la sorpresa de una musicalidad desconocida hasta entonces. La escritura es la poesía que crea visiones musicales. El sujeto se constituye desde lo simbólico. Para el psicoanálisis, un sujeto es efecto del lenguaje, más específicamente es lo que es representado por un significante para otro significante. Pero no sólo eso, el sujeto es efecto de la materialidad del significante hecho trazo. El sujeto tiene que ver con lo simbólico pero también con lo real. La escritura es el espacio donde se gesta la inscripción del sujeto. La escritura en psicoanálisis no es sólo lenguaje, es litoral que bordea lo simbólico y se moja con lo real. La escritura es la materialidad del decir, es el espacio donde se asienta el lenguaje en su transcurrir. Es la sede del significante. Pero no nada más. Trazo, transmisión, historia e inscripción son algunas de las funciones de la escritura en el campo del sujeto y la cultura. El psicoanálisis frente a este espacio presenta sus cartas y sus preguntas. No nada más lo hace él; la poesía, la historia, la música, las matemáticas también se cuestionan sobre la escritura. De allí, de ese caleidoscopio de preguntas y respuestas sobre la escritura, es que nace este coloquio y surge este libro.
Los hombres verdaderos
Carlos Lenkersdorfantropología
A estas páginas se revela la magia escondida en una de las lenguas mayas. Para los tojolabales, el pensamiento reside en el corazón. Para decir: "Pienso", dicen: "Dice mi corazón". El libro merece al lenguaje que estudia. Analiza el lenguaje de los tojolabales en profundidad y con certera inteligencia, pero no es una helada obra de cirugía, sino el apasionado y apasionante homenaje que el autor rinde a la cultura comunitaria que ese lenguaje expresa: una cultura sin mandones ni mandados, que se comunica entre iguales y que de igual a igual habla a la naturaleza de la que forma parte. EDUARDO GALEANO
A partir de la estructura de la lengua tojolabal el autor conduce a los lectores a captar otra cosmovisión. Desaparecen todos los objetos al convertirse en diferentes clases de sujetos. Nosotros, los seres humanos, no somos tan singulares y únicos sino nada más que una especie entre otras. Iguales entre iguales. El cosmos se vuelve un biocosmos donde no hay nada muerto; el más allá de cualquier clase se incorpora a la comunidad cósmica de los vivos de hombres y animales, plantas y manantiales, infra- y supramundos. Carlos Lenkersdorf se doctoró en la UNAM y enseñó filosofía y estudios latinoamericanos en universidades en México y Estados Unidos. En 1973 abandonó la cátedra universitaria para convivir, aprender y trabajar con los tojolabales. En 1994, a invitaci6n de la UNAM, regresó a la universidad en calidad de investigador-lingüista en el Centro de Estudios Mayas en el Instituto de Investigaciones Filológicas. El retorno a la vida académica no ha significado el abandono del trabajo con los tojolabales. En colaboración con ellos publicó libros útiles para este pueblo maya en el proyecto de creación de literatura tojolabal en un contexto ignorante del mundo de mayas e indios y muy necesitado de aprender de los pueblos originarios de nuestro país y continente. Esta obra recibió el premio anual de ensayo literario hispanoamericano Lya Kostakowsky 1994, otorgado por la Fundación Lya y Luis Cardoza y Aragón. La edición francesa del libro se publicó en 1998 por la editorial Ludd, Paris, con el titulo Les hommes veritables.
La canción de nosotros
Eduardo Galeanobiblioteca eduardo galeano
La canción de nosotros es una novela del exilio: el autor evoca su tierra prohibida, y la recrea a través de las aventuras que en sus páginas se entrecruzan, sobre el trasfondo de la dictadura militar, en el tiempo de los horrores y los desafíos. Los libros de Eduardo Galeano son inclasificables, porque alevosamente violan las fronteras que dividen los géneros literarios. Esta obra, sin embargo, puede ser definida como una novela. Así lo entendió el jurado del concurso Casa de las Américas, que en 1975 le otorgó ese premio, compartido con Mascaró, el cazador americano, de Haroldo Conti. "Alucinante testimonio sobre la tragedia de nuestro tiempo: presencia estremecedora de lo real en el mundo mítico de lo imaginario, en el ámbito imperecedero de un cantar de gesta." Augusto Roa Bastos, Crisis, Argentina. "Este gran libro nos deja una canción, que se canta bajo la máscara 'con voz de ciego'." Albert Bensoussan, La Quinzaine Littéraire, Francia. "Una muy buena novela, que se lee rápido y que deja un buen pedazo de espina metido entre vena y vena." Poli Délano, Cambio, México. "Restos del naufragio que Galeano transforma en una totalidad artística, metáfora de un mundo en trance de destrucción y, ante todo, conciencia del lenguaje, búsqueda creativa a partir de los fragmentos del recuerdo y del deseo." Hugo J. Verani, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, Perú.