Los libros de André Breton configuran ante todo una inmensa aventura metafísica en busca de la razón de vivir. Forman una estructura en evolución y son reflejo animado de un hombre que quiso conocerse y conocer el mundo, que ahondó con resplandor inigualable en lo desconocido y abolió para su siglo la palabra imposible.
El lector podrá seguir aquí una trayectoria completa de su pensamiento a través del derrotero que establecen sus obras fundamentales: Los manifiestos, Nadja, Los vasos comunicantes, El amor loco y Arcano 17; paralela, su poesía se manifiesta en obras como La unión libre, El revólver canoso, El aire del agua, Los estados generales y la Oda a Charles Fourier. En ellas la noción de operación poética, es más fácilmente encarnable. La vinculación del surrealismo a las eras revolucionarias es una interpretación vidente –o sea, lógica, teoría vale visión– del destino del hombre. Breton ha suprimido como nadie antes las barreras existentes entre sueño y acción, entre el artista y el revolucionario, que son entre los hombres, quienes hacen acrecer el impulso de la libertad humana. El testimonio que el surrealismo da en definitiva es el de una conminación total, que nos sitúa en un vértigo en donde el universo acontecerá maravilloso o no acontecerá.
"La belleza será conmocionante o no será": Julien Gracq ha señalado este punto luminoso –revelación, gracia, comunión– desde el que la aventura de este poeta de nuestro tiempo abre de nuevo al hombre a su destino.