Nacido en Hermanville-sur-Mer (Normandía, 1925), este destacado sociólogo francés, teórico de la sociedad postindustrial, es reconocido tanto por sus contribuciones a la sociología del trabajo como por su enfoque en la acción y los movimientos sociales.

Se graduó en 1950 en la École Normale Supérieure de París y fue investigador del Consejo Nacional de Investigación Francés hasta 1958. En 1956 fundó el Centro de Estudios para

la Sociología del Trabajo de la Universidad de Chile. Desde 1960 es director de estudios en L’ École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, y desde 1989 es miembro del College de la Prevention des Risques Tecnologiques. Gran parte de su obra ha sido traducida a la lengua castellana, en la que pueden encontrarse más de 22 títulos en los que trata sobre democracia, modernidad, discriminación, liberalismo, el sujeto, movimientos sociales y movimientos de trabajadores en todo el mundo, especialmente en

América Latina.

Mostrando el único resultado

Defensa de la modernidad

Alain Touraine
sociología y política
$440
¿Otro ensayo sobre la modernidad? ¿No hemos escuchado hasta el cansancio que la vieja sociedad industrial está en ruinas bajo el imperio de una posmodernidad que puso en crisis los grandes relatos y la idea misma del progreso? En este libro a contracorriente, el gran sociólogo Alain Touraine no sólo vuelve a la modernidad como una cantera que todavía puede ayudarnos a pensar nuestra época, sino que dobla la apuesta y nos dice que en realidad hemos ingresado en una hipermodernidad que entraña peligros pero también promesas de transformación de la mano de los feminismos y las luchas sociales. Defensa de la modernidad —considerado por el autor como su libro más importante— propone un modelo distinto que asume la concepción histórica de la acción humana como motor para el nacimiento de esa nueva civilización que es la hipermodernidad. Touraine se declara abierto opositor de las posturas que sostienen que nuestras situaciones y acciones están dominadas por las leyes fatales de la economía, y más bien destaca y reivindica al individuo como creador de sí mismo, como actor de su vida, de su historia, de sus movimientos sociales y de su democracia, libre de las ataduras que ponen por igual izquierdas y derechas. Hablar del sujeto creador es hablar del ciudadano consciente, y sólo la ciudadanía consciente es capaz de organizarse, de crear nuevos movimientos sociales que logren cambiar las políticas que han mercantilizado y corrompido nuestras democracias. Nos encontramos ante una de las más emocionantes y provocadoras apuestas de una leyenda viva de la sociología francesa que nos sorprende con su vigor, su compromiso social y su arrojo intelectual.