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Pedagogía del oprimido

Paulo Freire
biblioteca clásica de siglo veintiuno
$330
Cuando aprendemos a escribir, no sólo copiamos letras o sílabas, sino que expresamos ideas y miradas, experiencias cotidianas y modos peculiares de decir. Alfabetizarse no significa repetir palabras, sino poder decir las propias. La teoría de Freire coloca a los sujetos en condiciones de replantearse críticamente las palabras de su universo para descubrirse y conquistarse y, así, asumir lúcidamente su condición humana. Este aprendizaje transformador es la vía que recorre Pedagogía del oprimido. Mientras que la educación que Freire cuestiona anula el poder creativo de las niñas y los niños y satisface de esa forma los intereses de una sociedad regida por la práctica de la dominación, su pedagogía liberadora propone a alumnos y maestros que inicien juntos, como oprimidos, la tarea histórica de liberarse a sí mismos apropiándose del mundo que los rodea. Sin lugar a dudas, la obra más representativa de Paulo Freire y la de mayor influencia en el pensamiento pedagógico y social del siglo XX, el método de alfabetización que inaugura Pedagogía del oprimido sigue siendo indispensable para reflexionar sobre la práctica educativa también en el siglo XXI. El educador liberador está con los alumnos en vez de hacer cosas para los alumnos. En ese acto conjunto de conocimiento hay racionalidad y pasión. Y eso es lo que yo soy, un educador apasionado, porque no entiendo cómo vivir sin pasión. Enseñando descubrí que era capaz de hacerlo y que me gustaba mucho. Empecé a soñar cada vez más en ser un profesor. Aprendí a enseñar a medida que más amaba hacerlo y más estudiaba al respecto. Paulo Freire