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Cómo era ser pequeño

Luis María Pescetti
educación
$240
Por increíble que parezca, los adultos solemos olvidarnos de cómo fue ser niños. Una experiencia de al menos doce o trece años debería ser imborrable, pero muchos terminamos hablando de ellos como exiliados de nuestra propia infancia. Este libro entrañable viene a corregir un equívoco extendido que se origina en ese olvido: la idea de que los niños deben ser tratados como personas en diminutivo, como seres irracionales cuyos "caprichos" hay que reconducir a la supuesta sensatez adulta. Nace de innumerables preguntas que Luis Pescetti ha escuchado en su larga trayectoria alrededor de los niños como exitosísimo músico y autor: "¿cómo hacés para que los chicos se rían?", "¿cómo lográs que te presten atención? ". Pues, dicen estas páginas, hay que ponerse en el lugar de ellos, tratar de mirar la vida con sus ojos recién llegados, imaginar qué pasa por la cabeza de alguien que no se siente pequeño ni incapaz, y que se esfuerza cada día por conquistar un pedacito más de mundo. ¿Y si pensamos a los chicos como inmigrantes en el tiempo, llegados a un presente en el que los adultos somos ciudadanos plenos? ¿Cambiaría el modo en que reaccionamos frente a sus desafíos, sus desilusiones y sus preguntas, o la manera en que tratamos de enseñarles algo? En este libro, que ofrecemos para padres y madres, docentes y profesionales que trabajan con niños, Pescetti vuelve a escenas de su propia infancia y de sus años de vida y trabajo en América Latina, y propone recuperar la idea de "ser pequeño" como una experiencia que se repite una y otra vez en la vida adulta, cuando estamos frente a un cambio de escala que nos obliga a recalcular nuestras posibilidades. "Ni un niño es un compacto de recursos infantiles, ni un adulto ha eliminado todo vestigio de sus deseos y respuestas de la infancia", señala el autor, que ha escrito un libro que intenta devolver humanidad a la tarea más desafiante que un adulto puede enfrentar: acompañar a un niño en esos años en que la mirada de los otros nos define para siempre.

Ciencias de la computación en la escuela

FERNANDO SCHAPACHNIK
educaciÓn que ladra
$485
Que niños, niñas y adolescentes aprendan a programar o tengan un taller de robótica a contraturno parece haberse convertido en la llave que les abrirá las puertas del siglo XXI. ¿En qué medida es así? ¿Se inscribe esta tendencia en la larga lista de contenidos que cada tanto prometen revolucionar la educación? ¿Qué significa, para este mundo y para el que viene, enseñar y aprender a usar la tecnología? ¿Cómo incorporar estos contenidos en las escuelas, en currículos ya superpoblados? Este libro original y necesario se sumerge en un área en construcción: la didáctica de las Ciencias de la Computación, que hoy se ha complejizado hasta incluir los algoritmos, la estructura de datos, las redes y arquitecturas de computadoras y, más allá, la robótica y la inteligencia artificial. Pero, sobre todo, estas páginas promueven una mirada sobre estos contenidos que supera largamente lo instrumental. Enseñar Ciencias de la Computación y formar docentes para ello tiene que ver con comprender la lógica de funcionamiento de la tecnología informática, poner manos a la obra para manejarla y crear a partir de sus posibilidades, pero también comprender sus implicancias sociales y políticas. Con larga experiencia como parte del equipo de la Fundación Sadosky, pionera en llevar la computación a las aulas de todo el país, los autores y autoras de este libro despliegan, sin tecnicismos, un panorama exhaustivo que va de la filosofía a la aplicación práctica. Las preguntas que se hacen son desafiantes: ¿se puede gozar de una ciudadanía plena en el siglo XXI sin estos conocimientos? ¿De qué manera lograr una mayor presencia femenina en este campo? ¿Cómo vincular los contenidos escolares con el mundo del trabajo? El objetivo es ambicioso: que alumnos y alumnas adquieran el reflejo de dudar de las promesas mágicas de la tecnología, que estén tan preparados para adoptarla como para rechazarla cuando advierten que les pide mucho más que lo que les da.