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Historia de la astrología occidental
Jim Testerhistoria
Esta es la historia de la astrología, ese "antiguo arte" que abarca todo, desde una vaga aceptación de la influencia de los astros en la vida de los hombres hasta las predicciones precisas y fatalistas del futuro. La astrología, ciencia o arte, se origina con el descubrimiento de un sistema matemático que permite al hombre trazar la posición relativa de la Tierra y los planetas contra el fondo de las estrellas fijas.
La historia se inicia en Grecia, en el siglo v a.C., cuando llegan allá las ideas protoastrológicas desde el Oriente. Los griegos adoptan la observación de los astros y su magia, agregándoles la filosofía, la geometría y el pensamiento racional; la filosofía de Platón y posteriormente de los estoicos hacen a la astrología respetable, y cuando Tolomeo escribe su libro, el Tetrabiblos, en el siglo II, echa los cimientos de la práctica astrológica como la conocemos hoy.
Jim Tester muestra lo poco que ha cambiado la astrología a través del mundo de los griegos, del Islam y de su vuelta a Occidente en el siglo XII; conservando su carácter conservador incluso durante el Renacimiento y en el siglo XVII, hasta que aparentemente fue eliminada por el viraje de las ideas a fines del siglo XVII y durante el XVIII.
El renacimiento de la astrología en los siglos XIX y XX está fuera del alcance de este estudio; pero el paralelo entre sus épocas de mayor influencia en el pasado –la Antigüedad tardía y el Renacimiento– y nuestros días, es irresistible.
Se trata de un estudio muy importante, el primero hecho con seriedad al respecto. No sólo hace un relato de la historia de la astrología a lo largo de dos mil años, sino que le da la debida importancia a la actitud del hombre hacia ella, a su lugar en la historia de la sociedad occidental y a las ideas de aquellos tiempos.
Jim Tester, fallecido cuando entraba este libro en la imprenta, se graduó en la Universidad de Londres y se dedicó toda su vida al mundo clásico, desde el griego utilizado en el Nuevo Testamento hasta el final del imperio romano, pero sobre todo estudió el latín y la filosofía medievales, de donde surgió su interés por la astrología.