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Indio, campesino y nación en el siglo XX mexicano
Leticia Reinaantropología
Ante el evidente ascenso de la etnicidad y en particular el de los movimientos indígenas, surgen las siguientes preguntas: ¿por qué si en México los diferentes gobiernos, desde hace por lo menos 150 años, habían instrumentado políticas en ocasiones abiertamente antiindigenistas y en otras de cierta integración pero liquidando las identidades étnicas, cuándo y cómo se volvieron visibles los indios en México? ¿Cuándo y por qué aparecen los campesinos en nuestra historia del siglo XX? ¿Cuándo, cómo y por qué los campesinos se levantaron en armas después de haber hecho una revolución? Ante la diversidad de movilizaciones de descontento de la población rural, ¿el movimiento indígena es uno más de ellos o son la misma cosa?
Indio, campesino y nación en el siglo XX mexicano. Historia e historiografía de los movimientos rurales es un libro que trata de dar algunas respuestas a estas inquietudes, las cuales se analizan desde diferentes perspectivas: la historicidad de los conceptos del indio, el campesino y el Estado-nación; una periodización y caracterización de los movimientos indígenas y campesinos a lo largo del siglo XX; y las diferentes teorías y metodologías a través de las cuales los sociólogos han explicado dichos movimientos en las últimas cinco décadas. Se plantea la existencia de una tríada que se retroalimenta constantemente: el indio-campesino, el Estado-nación y los intelectuales.
El propósito es presentar una visión de conjunto sobre el acontecer del indio-campesino en la conformación de la nación y en su relación con el Estado nacional durante todo el siglo pasado.
Este recuento histórico e historiográfico sobre los movimientos indios y campesinos de México cobra importancia y actualidad cuando nos percatamos hoy día, que en esta primera década del siglo XXI, el campo no es un asunto del pasado. La cuestión del campo no desapareció con la industrialización y la urbanización del país; sigue presente, amén de la ruralidad que migró y se incrustó en la cultura laboral y política de las ciudades. Hoy, los movimientos indígenas y campesinos tanto en México como en América Latina se reeditan, continúan y siguen firmes en las agendas nacionales.