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Las rebeliones campesinas en México, 1819-1906
Leticia Reinaamérica nuestra
Las diferentes manifestaciones de protesta de la población rural explotada en México, durante el siglo XIX, reflejan necesariamente y de manera fidedigna las contradicciones del sistema social de la época. Sus luchas apoyaron -o llegaron a constituir por sí mismas- movimientos políticos que contribuyeron a la formación y modificación del estado mexicano. Los movimientos campesinos tuvieron diferentes etapas en el desarrollo de su lucha, y la que se presenta aquí de manera central es el enfrentamiento armado, por considerar que corresponde al momento candente de la lucha. La autora, egresada de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, efectuó esta investigación en paciente búsqueda de documentos primarios e informaciones de época y su trabajo cumple el propósito de la colección América Nuestra en su serie Caminos de Liberación, ya que fueron esas luchas campesinas antecedentes y enseñanzas para las acciones que hoy se desarrollan en la búsqueda de la justicia social. El tipo de documentos que se utilizaron y que sirvieron para reconstruir los movimientos campesinos en su fase armada fueron fundamentalmente los partes militares, las peticiones que hacían los campesinos, planes y programas, periódicos de la época, quejas de hacendados, informes de gobierno y correspondencia diplomática. La gran cantidad de material encontrado, principalmente en el Archivo de la Defensa Nacional, rinde cuenta, en la mayoría de los casos, de las causas, objetivos, dirección y liderazgo, expresión ideológica, formas de represión y, en general, del desarrollo del movimiento, lo que permitió reconstruir a manera de monografía las rebeliones más importantes.
Indio, campesino y nación en el siglo XX mexicano
Leticia Reinaantropología
Ante el evidente ascenso de la etnicidad y en particular el de los movimientos indígenas, surgen las siguientes preguntas: ¿por qué si en México los diferentes gobiernos, desde hace por lo menos 150 años, habían instrumentado políticas en ocasiones abiertamente antiindigenistas y en otras de cierta integración pero liquidando las identidades étnicas, cuándo y cómo se volvieron visibles los indios en México? ¿Cuándo y por qué aparecen los campesinos en nuestra historia del siglo XX? ¿Cuándo, cómo y por qué los campesinos se levantaron en armas después de haber hecho una revolución? Ante la diversidad de movilizaciones de descontento de la población rural, ¿el movimiento indígena es uno más de ellos o son la misma cosa?
Indio, campesino y nación en el siglo XX mexicano. Historia e historiografía de los movimientos rurales es un libro que trata de dar algunas respuestas a estas inquietudes, las cuales se analizan desde diferentes perspectivas: la historicidad de los conceptos del indio, el campesino y el Estado-nación; una periodización y caracterización de los movimientos indígenas y campesinos a lo largo del siglo XX; y las diferentes teorías y metodologías a través de las cuales los sociólogos han explicado dichos movimientos en las últimas cinco décadas. Se plantea la existencia de una tríada que se retroalimenta constantemente: el indio-campesino, el Estado-nación y los intelectuales.
El propósito es presentar una visión de conjunto sobre el acontecer del indio-campesino en la conformación de la nación y en su relación con el Estado nacional durante todo el siglo pasado.
Este recuento histórico e historiográfico sobre los movimientos indios y campesinos de México cobra importancia y actualidad cuando nos percatamos hoy día, que en esta primera década del siglo XXI, el campo no es un asunto del pasado. La cuestión del campo no desapareció con la industrialización y la urbanización del país; sigue presente, amén de la ruralidad que migró y se incrustó en la cultura laboral y política de las ciudades. Hoy, los movimientos indígenas y campesinos tanto en México como en América Latina se reeditan, continúan y siguen firmes en las agendas nacionales.
Fin de siglos ¿fin de ciclos?
Leticia Reinahistoria
El año 2010 se presentó en México como una oportunidad para analizar un largo proceso histórico tanto nacional como mundial. En un ambiente de pretendida fiesta y celebración, varios estudiosos de la historia mexicana y su devenir, comenzaron a mostrar su preocupación señalando los múltiples enfoques historiográficos a través de los cuales se han estudiado los fenómenos desarrollados en la sociedad mexicana decimonónica, tanto al comienzo como al final de la centuria. En este contexto surgió la pregunta que motivó la organización de un seminario de especialización realizado de manera conjunta entre la Dirección de Estudios Históricos del INAH y el CIESAS: "Fin de siglos, ¿fin de ciclos? 1810, 1910, 2010", bajo la coordinación de Leticia Reina y Ricardo Pérez Montfort. Uno de los aspectos que hicieron de este seminario un evento innovador, fue el hecho de haber logrado, a lo largo de las diez sesiones, la reunión de especialistas y estudiosos de la Historia que no fueron precisamente sólo historiadores sino también sociólogos, politólogos, historiadores del arte, antropólogos y economistas. Se dieron cita así académicos de distintas instituciones, no sólo de las organizadoras del evento, sino que también se tuvo la oportunidad de escuchar las participaciones de ponentes de la UNAM, de El Colegio de México, de la UAM y de El Colegio de Michoacán, quienes a lo largo de las sesiones, tocaron diversos asuntos en torno de cuatro ejes temáticos básicos: lo económico, lo social, lo cultural y lo político, desarrollados por conocedores del tema y concentrados cada uno en un periodo específico. Es decir: en cada reunión se contó con la participación de un especialista por cada espacio temporal enfocado en la temática propuesta, logrando así que los asistentes contaran con una visión general de cada centuria, con el fin de que, al finalizar cada ponencia, se pudiera dar paso a una serie de conclusiones entre los ponentes y un comentarista. Las ideas vertidas en estas reuniones y que ahora forman el capitulado de este volumen, sin duda ofrecen un panorama mucho más amplio del que se está acostumbrado a mirar, pues si bien el tronar de las escopetas y los discursos arengando a las masas, los caudillos o cabecillas en las movilizaciones son aspectos que destacan, este libro tiene la cualidad de hacernos mirar otros lados de las revoluciones. No sólo el origen y las causas de las mismas, sino el vivir y sufrir cotidiano de la base social y su articulación económica, social, política y cultural del conjunto de los grupos sociales de los méxicos pre-revolucionarios. Así mismo se analizan y discuten el cómo y el por qué de los distintos eventos revolucionarios que ha vivido México, poniendo el dedo en la llaga para el presente siglo XXI.