Es doctor en medicina por la Universidad de Buenos Aires. Actualmente se desempeña como profesor titular e investigador en fisiología celular y molecular de membranas biológicas en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados de México. Ha trabajado en el CONICET y en la Universidad de Harvard, y fue profesor en la Universidad de Nueva York (1975-1979). Entre sus muchos premios figuran la Beca Guggenheim, el Premio Internacional de Ciencias “Bernardo A. Houssay” de la OEA, el Premio Weissman y el Premio Nacional de Ciencias y Artes de México. Además de haber publicado alrededor de 150 artículos científicos internacionales, escribe regularmente artículos periodísticos, cuentos y ensayos, y ha recibido diversos premios por ellos. Entre sus obras cabe mencionar Orden, equilibrio y desequilibrio, El tiempo, la vida y la muerte, La nuca de Houssay, La muerte y sus ventajas, Ciencia sin seso, locura doble, Por qué no tenemos ciencia, La ignorancia debida, People without Science y El doctor Marcelino Cereijido y sus patrañas.

Elogio del desequilibrio

Marcelino Cereijido
ciencia que ladra...
$275
¿Todos somos desequilibrados? ¿Qué está tratando de decirme, doctor? Para la termodinámica la vida es justamente eso: un desequilibrio que le roba energía al orden del universo. Y la vida somos todos: las bacterias, las plantas, la evolución, nosotros mismos. Claro que cada tanto debemos poner un poco de orden en todo esto, para poder escuchar y bailar un vals, hacer un golazo histórico o escribir un libro. Y es así viene el gran Marcelino Cereijido, uno de los más prestigiosos investigadores argentinos en el exterior, a contarnos, con su estilo maravilloso, qué es eso de la energía, la entropía, los flujos de información, los estados estacionarios y los desequilibrios. En suma, a hablarnos de termodinámica, eso que alguna vez fuera definido como "una ciencia rara, un sistema de lógica basado en tres postulados que nunca fueron probados ni refutados". Y, en el medio, Strauss, Maradona, tangos y un mundo que no necesita de dogmas ni de milagros para ser condenadamente bello y hasta comprensible.

Interpretar la realidad

Marcelino Cereijido
ciencia que ladra...
El precio original era: $200.El precio actual es: $140.
¿Cómo interactúan la información y la materia? ¿Qué mecanismos celulares permiten el flujo de energía a través de los seres vivos? ¿Cuál es la herramienta-y- arma evolutiva más característica de la Persona Sapiens? ¿Dónde reside la diferencia crucial entre las religiones y las ciencias? ¿Cómo puede construirse una cultura compatible con el saber empírico? Estas y muchas otras interrogantes son abordadas en este libro ameno e interdisciplinario sobre la evolución de las maneras de interpretar la realidad por parte de las células, los organismos, las sociedades y las civilizaciones. Con erudición y desenfado, y de la mano de pensadores célebres como Jorge Luis Borges y Erwin Schrödinger, así como innovadores menos conocidos como Raymond Vahan Damadian y Harold J. Morowitz, los autores nos conducen por la fascinante escalera selectiva de la interpretación, fenómeno constituido por las estrategias que los seres vivos implementamos para comprender nuestro entorno e interactuar con él de forma exitosa. A partir de una amplia cultura y una larga trayectoria como investigadores en fisiología celular, Marcelino Cereijido y Jacqueline Martínez Rendón revelan los estrechos vínculos que existen entre los mecanismos celulares que sostienen la vida y las ideas filosóficas que han hecho posible el desarrollo de la ciencia moderna. Interpretar la realidad es una obra polifacética, producto del encuentro fecundo entre las ciencias y las humanidades en la actualidad.

Por qué no tenemos ciencia

Marcelino Cereijido
umbrales de méxico
$265
El autor confiesa que hace un par de años, en un exabrupto, opinó públicamente: "Ya tenemos investigación, el próximo paso sería desarrollar la ciencia", lo que causó un alud de reacciones aireadas, aunque divididas: la mitad en su contra, y la otra mitad también. Abochornado, luchó por liberarse de dicho pensamiento, pero no lo consiguió. Muy por el contrario, la búsqueda de porqué el primer mundo desarrolló una ciencia y una tecnología en la que ahora basa su poderío, y nosotros no, ha ido empecinando a Cereijido en su opinión de que, si bien hemos conseguido tener excelentes investigadores, estamos muy lejos de tener ciencia. Peor aún, provisto de una serie de líneas argumentales que expone este libro, sospecha que en el tercer mundo tenemos varias características ideológicas que imposibilitan nuestro desarrollo científico y nos anclan en la miseria. Una de ellas es dar por sentado que primero hay que salir de pobres y luego, el dinero que nos sobre, gastarlo en la ciencia, como hacen los ricos; otra es confundir la ciencia con sus logros (supercomputadoras, cohetes teledirigidos) sin advertir que depende de cierta visión del mundo que jamás hemos desarrollado; y una tercera es creer que con inyectar dinero al obscurantismo automáticamente tendríamos ciencia. "Es como si el dinero se hubiera transformado en el nuevo opio de los pueblos", comenta. De Marcelino Cereijido, Siglo XXI ha publicado Ciencia sin seso, locura doble (1994).

Ciencia sin seso, locura doble

Marcelino Cereijido
ciencia y técnica
$385
Nuestros jóvenes del Tercer Mundo ya han visto un número suficiente de fotos de galaxias y esquemas de la molécula de DNA, ya se dieron por enterados de las peripecias de Galileo, Madame Curie y Einstein, ya se sienten un tanto hartos de divulgaciones científicas basadas en chirimbolos estrambóticos y bichos estrafalarios, y ya han escuchado hasta el hartazgo la afirmación de que sus países necesitan investigadores. Ahora desean saber para qué se los quiere atraer a la profesión de científico, en qué consiste ser investigador, quién utilizaría y pagaría por sus servicios, qué inserción y papel social les esperaría. En el presente libro se argumenta que esas preguntas no se contestan con calcar los esquemas del Primer Mundo y luego desteñirlos un tanto para adecuarlos a nuestra endémica falta de dinero; que nuestro desarrollo científico no debería consistir en correr detrás de los primermundistas a lo largo de la misma ruta; que con ser atroz, esa falta de dinero no es la principal responsable de nuestro atraso científico, y que la supuesta endeblez de nuestra ciencia se debe primordialmente a causas culturales y profesionales. Marcelino Cereijido es profesor de fisiología celular del Centro de Investigación y Estudios Avanzados de México. No describe los fundamentos, mecanismos y personajes del aparato científico desde el punto de vista de un filósofo o de un sociólogo de la ciencia, pues confiesa que no lo es, sino del investigador maduro que toma un café con el joven que se dispone a transitar sus mismos pasos. Quiere evitar, declara, que ese muchacho inicie su camino hacia la profesión científica sin saber en qué se mete. Quiere, en suma, que trate de hacer ciencia con seso.